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19 June 2024

Libia - Años de conflicto y debilitamiento de las infraestructuras agravan el impacto de las inundaciones en Derna

La tormenta Daniel, una tormenta mediterránea inusualmente potente, azotó la costa de Libia el 10 de septiembre de 2023. Provocó 52.000 desplazamientos internos, el 45% de los cuales se registraron en la ciudad portuaria de Derna, hogar de 100.000 personas y que experimentó precipitaciones 100 veces superiores a la media mensual. La falta de inversión en infraestructuras también contribuyó a aumentar el riesgo de desplazamiento por desastres. Dos viejas presas cercanas a la ciudad se rompieron, causando inundaciones de gran escala, graves daños a la infraestructura y miles de muertos. Los habitantes de Derna ya se encontraban en una situación vulnerable como consecuencia de los conflictos y la violencia recurrentes, lo que ilustra cómo los efectos de los desastres y los conflictos pueden combinarse y provocar resultados catastróficos.

Las infraestructuras de Derna estuvieron mal financiadas durante décadas, una situación que empeoró tras la caída de Muamar Gadafi en 2011. El grupo Estado Islámico capturó la ciudad en 2014, justo cuando estalló un conflicto interno entre dos gobiernos opuestos. El Ejército Nacional Libio, con base en el este del país, recuperó Derna a principios de 2019 tras un prolongado asedio que provocó al menos 24.000 desplazamientos y dañó aún más las infraestructuras y los servicios básicos de la ciudad. A pesar del alto el fuego establecido en 2020 entre los dos gobiernos, la inseguridad y la inestabilidad política han persistido, debilitando aún más los esfuerzos de reducción del riesgo de desastres, incluida la renovación y el mantenimiento de las presas.

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Antes de la llegada de Daniel, la ciudad albergaba a unos 8.700 migrantes, muchos de los cuales vivían en condiciones precarias en barrios informales a lo largo del valle bajo las presas. Estas zonas fueron las más afectadas por las inundaciones. Más del 90% de los migrantes desplazados por Daniel se encontraban en Derna.

A pesar de sus diversos orígenes, los desplazados internos, los retornados y los migrantes se enfrentaron a necesidades similares, especialmente en términos de alojamiento, alimentación y atención sanitaria. Todas estas necesidades fueron aún más difíciles de satisfacer porque las inundaciones dañaron más de tres cuartas partes de los mercados y hospitales de la ciudad y un tercio de sus viviendas. Sin embargo, el mayor reto fue la asequibilidad, ya que muchos no contaban con una base financiera sólida para reconstruir sus medios de subsistencia.

Los desacuerdos entre los dos gobiernos obstaculizaron los esfuerzos de respuesta inmediatamente después del desastre. La ausencia de un sistema centralizado de registro y de gestión de los albergues supuso un reto para los supervivientes cuyos hogares quedaron destruidos. También hubo dificultades en la recopilación de datos para determinar el número exacto de muertos, desaparecidos y desplazados. La mejora de la cooperación entre los dos gobiernos a lo largo del tiempo, y la participación de socios internacionales, ayudaron a intensificar la respuesta y la recuperación temprana. Sin embargo, según la última evaluación de noviembre de 2023, el 52% de los desplazados por las inundaciones seguían viviendo en una situación de desplazamiento interno en el país, 24.000 de ellos en Derna.

Las iniciativas de consolidación de la paz y de reducción del riesgo de desastres deberán integrarse y reforzarse en el marco de la recuperación de Derna. La reconstrucción tendrá que incluir el desarrollo de la resiliencia ante futuros desastres y el apoyo tanto a los nuevos desplazados como a quienes viven en situación de desplazamiento prolongado, para que superen sus vulnerabilidades de cara al futuro.

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